martes, 8 de diciembre de 2015

JOAQUÍN ARNAL: "José Luis Ereña se merece un homenaje de todo el baloncesto aragonés"

Si hablamos de Joaquín Arnal, hablamos de trayectoria, de experiencia, de conocimientos, de miles y miles de anécdotas, de sabiduría... Quienes nos movemos el mundo del baloncesto desde hace unos cuantos años, sabemos que estamos ante una de las personas que más y mejor conocen nuestro baloncesto. Pero los hay quienes, en su mayor caso por ser demasiado jóvenes, apenas conocen de tus inicios, de tus primeras etapas.
¿Podrías explicarles quién es Joaquín Arnal y cómo has ido evolucionando en este mundo que tanto nos apasiona?
Como muchos niños de mi generación en mi cole, en este caso Marianistas. Tenía cierta habilidad para el deporte en general. Practicaba a la vez fútbol, tenis y judo.  El baloncesto me llamaba mucho la atención a través de los partidos de Copa de Europa q se televisaban del Real Madrid, los que iba a ver con mi padre a Helios y todo se completaba con el increíble pabellón q teníamos en el cole. Un buen día un Marianista (Antonio Arrieta, más conocido como Cepillo), me llamó porque me había visto jugar en los recreos. Tenía entonces 9 años y así empezó todo, un poco por casualidad.

domingo, 29 de noviembre de 2015

EMILIO LES: "NO SOMOS UN CLUB SOCIAL"

Ha llovido mucho desde 1984, año de nacimiento de Basket Lupus. Llevas mucho tiempo en el club, por lo que habrás vivido como pocos el cambio que ha "sufrido". 
¿Cuál es el secreto para que un club, creado por un grupo de amigos, sea hoy en día uno de los que cuentan con más equipos inscritos en ligas federadas y escolares, incluyendo escuelas?
El éxito radica en el trabajo realizado desde el inicio por esa gente del Barrio, que siguen formando parte del club, muchos de ellos miembros fundadores, algunos formando parte de la Junta Directiva y sus hijos e hijas siguiendo en él sus pasos como jugadores.

FORMACIÓN Y COMPETICIÓN: PUEDEN IR DE LA MANO

Cuando nos referimos a "tener dos caras", podríamos decir que hacemos referencia a tener dos personalidades o habilidades distintas. Podríamos, como ejemplo, decir que algo no nos gusta y luego demostrar más bien lo contrario.

Parece ser que dentro de nuestro baloncesto los entrenadores nos autocalificamos de dos estilos diferentes: formativos o competitivos. 
Están quienes se decantan del lado de la formación por encima de todo, quienes no cesan ni un segundo en mostrarse así por las redes sociales, vender una imagen que en la mayoría de los casos nada tiene que ver con la realidad. Entrenadores que hacen gala de su alto amor a la formación de los pequeños, pero que nada tiene que ver cuando los ves dirigir un partido. Protestan al árbitro, reciben técnicas, tienen al jugador con mayor talento 35 minutos en pista y los "flojitos" juegan el cuarto de rigor, etc.